domingo, 27 de noviembre de 2016

Tres enigmas neozelandeses ( III). La geología: terremotos, fiordos, montañas y glaciares

 Terremotos, fiordos, montañas y glaciares. Estos cuatro elementos son los causantes del modelado del paisaje de Nueva Zelanda
1-El día trece de noviembre se produjo un terremoto de 7,1 de magnitud en la escala de Ritcher en la isla sur de Nueva Zelanda, justo un día antes de nuestro vuelo desde la isla norte a la sur. Cuando nos despertamos y nos enteramos del suceso no sabíamos si podríamos bajar, pero nuestro vuelo no se canceló y finalmente cogimos el avión. El epicentro se situaba suficientemente al norte de la ciudad donde aterrizábamos ( Christchurch) que no allí no se notaron los efectos tanto como para alterar la vida normal, simplemente había que tener precaución y no viajar hacia el norte.En el 2011 la ciudad del Christchurch sufrió los efectos de un terremoto devastador del que todavia quedan cicatrices en sus calles, que pude fotografiar. 



a)      ¿Qué es la escala de Ritcher? ¿ que mide? ¿ Hay otra manera de medir un terremoto? ¿ Qué significa un 7,1 de magnitud?

b)      ¿Cuál es la causa que origina los terremotos? ¿ Está producido por un agente geológico externo o interno? ¿Cuál? ¿puedes relacionarlo con la última ilustración?
c)      Busca infomación sobre los efectos que tuvo el terremoto de Christchurch del 2011

2- Juntamente con Noruega, Nueva Zelanda tiene los fiordos más espectaculares del planeta. El de la fotografía es el fiordo de Milford sound


d)¿ Qué es un fiordo?

e) ¿ Por qué no se dan en latitudes ecuatoriales o templadas?
f) ¿ Tiene alguna relación con los glaciares?

3- A las montañas del sur de la isla se les llama “los Alpes del Sur”. 






g) Mediante qué proceso geológico crees que se formaron esta cordillera que recorre el oeste de la isla? Dedúcelo comparando este mapa con el de más arriba.

h) Las rocas de la fotografía te pueden dar una idea del tipo de proceso al que han estado sometidas. Identifícalas y explica su origen relacionado con la formación de esas montañas.

4- Durante la última glaciación todo el país estaba enterrado bajo un casquete glaciar, esto modeló la forma de las montañas actuale: enormes valles glaciares, montañas con aristas y picos que todavía conservan restos de ese hielo. En la foto el glaciar Franz Joseph
Los lagos son típicos de la morfología glaciar
Río atravesando un valle galciar







h) ¿ Cuando sucedió la última glaciación? ¿ hasta que latitudes llegaron sus efectos? ¿ nuestra península estuvo cubierta por esa masa de hielo?
i) ¿Qué diferencias hay entre una montaña modelada por un río y una modelada por un glaciar? Explíca  el proceso partiendo de una montaña modelada por ríos hasta su transformación cuando está sometida a la acción de un glaciar. 
j) Describe cómo se originan los valles, los  lagos, los picos y las aristas de estas montañas glaciares. 

Tres enigmas neozelandeses ( II) Aves que no vuelan

Aves que no vuelan
Una de las cosas que más nos llamó la atención en el viaje era que cada vez que nos parábamos con la caravana y salíamos a comer al exterior con las sillas plegables aparecían unos pájaros grandotes y nada tímidos, que merodeaban y se nos acercaban a picar los restos de comida que pudieran robar. Una de las veces, en un descuido, uno de ellos le pico a mi hija en el pie descalzo. Lo más curioso de todo es que el pájaro, que según averiguamos se llamaba Weka, no puede volar porque no tiene alas. Más adelante, en el viaje, vimos a los famosos Kiwis, los pájaros más emblemáticos de Nueva Zelanda.




A continuación tenéis una adaptación de  dos reportajes sobre las aves de Nueva Zelanda, para que os hagáis una idea más completa de esta fauna tan característica de las dos islas neozelandesas y podáis deducir el origen y los problemas asociados a la entrada del hombre en esta parte del mundo.


Durante millones de años Nueva Zelanda fue un paraíso para las aves. Cuando esta porción de tierra se separó del supercontinente Gondwana, ya había sido colonizado por anfibios, reptiles o aves, pero no por mamíferos terrestres. Aislada de los actuales continentes y sin la presencia de predadores, Nueva Zelanda evolucionó de forma particular.

Las aves neozelandesas tienen características sorprendentes: una tercera parte de ellas perdieron completamente su capacidad de vuelo, y una de cada cuatro son nocturnas y ocupan nichos ecológicos que en otros ecosistemas suelen ser dominio de los mamíferos. Entre estas aves singulares destaca poderosamente el kiwi, que tiene el tamaño de una gallina, color marrón, silueta achaparrada, la cabeza pequeña y un largo pico. Vive en los bosques, donde corretea sin parar durante la noche, husmeando entre la hojarasca e hincando su pico en el suelo. Sin embargo, su rasgo más característico es que carece totalmente de alas y de cola; al parecer no las necesita. 
Es un ave muy popular entre los neozelandeses, que incluso la han adoptado como emblema nacional. La gente del país se hacen llamar Kiwis, a la moneda local de un dólar la nombran Kiwi, y el pájaro aparece estampado en camisetas, llaveros, como anagramas de hoteles o casi de cualquier cosa que se identifique como neozelandesa. Paradójicamente, pocos nativos han visto un kiwi en estado silvestre, debido a los hábitos reservados y nocturnos del ave.



Los kiwis son aves de actividad nocturna. Durante el día descansan en el interior de madrigueras muy complejas que ellos mismos excavan. Son muy territoriales y defienden sus parcelas, que pueden ocupar hasta unas cuantas hectáreas de superficie, señalando sus territorios con sus excrementos, que tienen un olor muy acre. Es un hábito muy raro, aunque común entre los mamíferos.
El kiwi es la única ave que tiene un sentido del olfato muy fino. Se localiza en el extremo de su largo pico y le permite detectar la presencia de insectos, arañas, caracoles y gusanos, de los que se alimenta. El pico es largo y sensible y lo introduce en el suelo blando y húmedo del bosque para capturar gusanos, su comida favorita. También comen frutos e incluso hojas.
Pero si los kiwis sorprenden por su extraña forma de vida, su comportamiento reproductor también resulta bastante peculiar: se aparean una única vez y permanecen fieles a su pareja a lo largo de toda su vida, que puede superar los veinte años. 

Esqueleto de un kiwi con el huevo dentro, para ver la proporción

El macho prepara el nido en una cámara de una nueva madriguera. La hembra pone uno o dos huevos blancos y extraordinariamente grandes, cuatro veces mayores de lo que cabría esperar por el tamaño de los adultos, y el macho los incuba-la hembra colabora  más o menos dependiendo de las subespecies. La incubación dura unos dos meses, tras los cuales los pollos nacen completamente cubiertos de plumas, como pequeñas réplicas de sus progenitores. A los pocos días ya caminan, y no los alimentan los padres sino que sobreviven de las reservas del huevo. Suelen ser independientes a las tres semanas. Esta época es crucial para los jóvenes, pues son presa fácil para los depredadores introducidos por el hombre, como gatos perros o armiños. La situación de riesgo es común para la mayoría de las especies endémicas de Nueva Zelanda.

Al límite de la supervivencia 
Todos los ecosistemas neozelandeses se vieron afectados por la llegada del hombre de la Polinesia hace unos mil años, y desde Europa casi ochocientos años después. La presencia humana resultó particularmente trágica para las aves.

La caza intensiva de provocó la desaparición de los moas, que llegaban alcanzar el tamaño de una avestruz. Los maoríes, además, redujeron también la población de kiwis para aprovechar su carne y sus plumas, con las que elaboraban sofisticados mantos ceremoniales. 
Dibujos de los moas gigantes neozelandeses
En el siglo XIX, los europeos capturaron multitud de animales para su posterior venta a zoológicos, museos y colecciones privadas.

Los animales “extranjeros” introducidos -cerdos, conejos, cabras y cerdos- se dedicaron a devorar árboles y arbustos autóctonos o bien -perros, gatos  y armiños- a alimentarse de la fauna autóctona, especialmente de las aves incapaces de volar. Uno de los mamíferos más devastadores ha sido el possum, cuya población ronda hoy los 70 millones de ejemplares. Las trampas para possums dañan a las poblaciones que viven en el suelo. En la actualidad, la fauna autóctona se ha reducido de tal manera que algunas especies solo viven en las islas pequeñas.


Possum


Textos adaptados de los reportajes “Aves a ras de suelo” y “Al límite de la supervivencia” de la revista Altaïr

 A partir de lo que has leído, contesta a las siguientes preguntas:
1- ¿ En qué momento de la historia de la tierra se separó Nueva Zelanda del resto de Gondwana ( la parte sur del supercontinente Pangea)? ¿ Qué relación puede tener este hecho con que las aves no tengan alas a diferencia de las de los otros continentes? 
2-¿ Cuáles son los momentos claves para entender la situación actual de las aves en nueva Zelanda?
3- Los únicos mamíferos que habían en Nueva Zelanda antes de la llegada del hombre eran los murciélagos y los mamíferos marinos, explica cómo esto pudo influir en que muchas de las aves originales de la isla no tengan alas.
4-En la isla sur casi no se ven perros, y en todas partes hay carteles advirtiendo de que siempre tienen que ir atados. Lee el póster sobre la supervivencia de los kiwis y explica la razón de esta precaución dando datos sobre los demás depredadores ( busca cuáles son sus nombres traducidos ) y las consecuencias en las poblaciones de kiwis en la actualidad.
5- Qué característica de los kiwis te ha llamado más la atención y por qué.
6- Busca el nombre de tres aves más de Nueva Zelanda que no tengan alas

sábado, 26 de noviembre de 2016

Tres enigmas neozelandeses ( I ) Curiosidades sobre el tiempo y el espacio


Curiosidades sobre el tiempo y el espacio

1. ¿Un avión puede ser una máquina del tiempo?

Durante el vuelo hacia Nueva Zelanda (  ¡25 horas de avión Barcelona-Dubai, Dubai-Auckland !) hubo varias cosas relacionadas con el tiempo que me dejaron pensando. 
Salimos el jueves 10 de noviembre a las diez de la noche de Barcelona, y yo decidí no cambiar el reloj cuando hicimos el cambio en Dubai, ni tampoco durante el vuelo. Había una pantalla que  indicaba la hora en el lugar donde estábamos en ese momento, en Dubai...y en varios otros lugares del mundo.

La pantalla del avión cuando en mi reloj eran la 1,30 de la madrugada

Cuál fue mi sorpresa cuando, al llegar a Auckland, veinticinco horas después de salir de Barcelona, las manecillas de mi reloj marcaban la misma hora exacta que la local, las once...solo que en España eran las once de la noche del viernes y en Aucklland las 11 de la mañana ¡del sábado!  Entonces, de alguna manera ¿ Habíamos viajado hacia el futuro? ¿ Con qué característica del planeta tiene que ver? ¿ Puede tener relación con el hecho de que Nueva Zelanda esté nuestras antípodas? ¿ Con las franjas horarias? ¿ Con los meridianos? Busca información en internet sobre estos conceptos y cuando lo hayas entendido escribe un texto  para explicar por qué son exactamente 12 horas más. También puedes elegir cuatro países del mundo y buscar cuales son sus antípodas.
Aquí tienes otro de los gráficos en tiempo real que fotografié de la pantalla que tenía delante y que miraba obsesivamente, que te puede ayudar a entenderlo.




 
El avión "entrando" en la noche

2. Del otoño a la primavera en un día

Otra cosa muy sorprendente cuando la vives en persona es cambiar en un día del invierno al verano. O mejor dicho, en este caso fue de finales del otoño a finales de la primavera. Además, a diferencia de lo que pasaba aquí, allí teníamos luz desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche, lo cual hacía que nos cundiera mucho el día y pudiéramos conducir hasta muy tarde con la autocaravana ¿ Con que fenómeno astronómico tienen que ver el hecho de que allí fuera verano y que el día fuera tan largo ? Trata de entenderlo bien y explícalo con tus palabras.

domingo, 2 de octubre de 2016

sábado, 1 de octubre de 2016

Instrucciones para convertirse en un fósil



No es fácil convertirse en un fósil. EL destino de casi todos los organismos vivientes ( alrededor del 99,9% de ellos) es descomponerse en la nada. Cuando se te apague la chispa, todas las moléculas que posees se desprenderán de ti, o se dispersarán, y pasarán a usarse en algún otro sistema. Así son las cosas. Aunque consigas figurar en el pequeño grupo de organismos que no resulta devorado, las posibilidades de que acabes convertido en un fósil son muy pequeñas.
Para  convertirse en un fósil tienen que suceder varias cosas. Primero, tienes que morir en el lugar adecuado. Sólo el 15 % de las rocas aproximadamente puede preservar fósiles, así que de nada sirve desplomarse sobre un lecho de granito. En términos prácticos, el difunto debe acabar en un sedimento en el que pueda dejar una impresión, como la de una hoja en el barro, o descomponerse sin exposición al oxígeno, permitiendo que las moléculas de sus huesos y partes duras sean sustituidas por minerales disueltos, creándose una copia petrificada del original. Luego, cuando los sedimentos en los que yace el fósil sean prensados, plegados y zarandeados de un lado a otro por los procesos de la Tierra, el fósil debe mantener de algún modo una forma identificable. Finalmente, pero sobre todo, después de decenas de millones o tal vez centenares de millones de años oculto, debe encontrarlo alguien e identificarlo como algo digno de conservarse.



Se cree que sólo un hueso de cada mil millones aproximadamente llega a fosilizarse alguna vez. Si es así, significa que el legado fósil completo de todos los estadounidenses que viven hoy ( es decir, 270 millones de individuos con 206 huesos cada uno) sólo serán unos 50 huesos, la cuarta parte de un esqueleto completo. Eso no quiere decir, claro, que vaya a encontrarse realmente alguna vez alguno de esos huesos. Teniendo en cuenta que se pueden enterrar en cualquier parte dentro de un área de algo más de 9,3 millones de kilómetros cuadrados , poca de la cual va a ser excavada alguna vez, mucho menos examinado, sería una especie de milagro que se encontrasen. Los fósiles son en todos los sentidos evanescentemente raros. La mayor parte de lo que ha vivido en la tierra no ha dejado el menos recuerdo. Se ha calculado que sólo ha conseguido acceder al registro fósil menos de una especie de cada diez mil. Esto es ya por si sólo una porción infinitesimal. Sin embargo, si aceptas la estimación de que la tierra ha producido 30.000 millones de especies  de criaturas a lo largo de su periodo de existencia, y que hay unas 250. 000 especies de criaturas en el registro fósil, eso reduce la proporción a sólo una de cada 120.000. En suma, lo que poseemos es una muestra mínima de  toda la vida que ha engendrado la Tierra.
Además el registro fósil que tenemos es totalmente sesgado. La mayoría de los animales terrestres no muere en sedimentos, claro. Caen en campo abierto y son devorados o se pudren y se descomponen sin dejar rastro. Así que el registro fósil está casi absolutamente sesgado en favor de las criaturas marinas. Aproximadamente, el 95 % de todos los fósiles que poseemos son de animales  que vivieron en tiempos bajo el agua, casi todos ellos en mares poco profundos. 


                        
                             Fragmento de  Una breve historia de casi todo, de  Bill Bryson 
Comenta la entrada. Puedes elegir algún aspecto y explicarlo, realizar algún cálculo o ampliar alguno de los conceptos relacionado con la fosilizacion, por ejemplo aquí tienes una entrada de un blog que habla sobre los coprolitos o "cacas fosilizadas", pero puedes elegir otras opciones . También puedes apuntar los términos o conceptos que no conocías y definirlos con tus palabras. 

martes, 20 de septiembre de 2016

La biología incrustada en la escala geológica




A partir de la siguiente ilustración y comparándola con la escala geológica que hemos trabajado en prácticas, contesta a las siguientes preguntas:

1)     Escribe el nombre de los grupos de seres vivos señalados con las letras y di en cada caso en qué periodo geológico fueron más abundantes.

2) A partir de la escala de millones de años que hay a la derecha de la ilustración, di donde empieza y donde acaban las siguientes etapas: Precambrico, Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico y nombra dos organismos, la situación de los continentes y un cambio ambiental típicos de cada una de estas etapas.

     3)   Elige uno de los siguientes cuatro periodos ( Jurásico, Terciario, Proterozoico, Carbonífero), sitúalo en el tiempo (franja de millones de años), clasifícalo en la escala geológica ( Eón/ era/ periodo) y a partir de la información del cuadro y del libro explica qué grupos de seres vivos predominaban en ese momento. 

    4) Elige una de las dos grandes extinciones y explica la época, los seres vivos que se extinguieron y las teorías sobre la causa de esta extinción. 



miércoles, 14 de septiembre de 2016

Una breve historia de casi todo



Así explica el autor de esta magnífica obra de divulgación científica cómo la visión de un dibujo con las capas de la tierra le sirvió de acicate para escribir este libro, a pesar de que él no tenía formación  científica. ¿ Qué te sugiere la lectura de esta introducción?

Mi punto de partida para escribir Una breve historia de casi todo fue, por si sirve de algo, un libro de ciencias del colegio que tuve cuando estaba en cuarto o quinto curso.  Era un libro de texto corriente de los años cincuenta, un libro maltratado, detestado, un mamotreto deprimente, pero tenía, casi al principio, una ilustración que sencillamente me cautivó: un diagrama de la Tierra, con un corte transversal, que permitía ver el interior tal y como lo verías si cortases el planeta con un cuchillo grande y retirases un trozo coque representase aproximadamente un cuarto de su masa.
Resulta difícil creer que no hubiese visto antes esa ilustración, pero es indiscutible que no la había visto porque recuerdo, con toda claridad, que me quedé transfigurado.(…) Mi atención se desvió poco a poco hacia la idea de que la Tierra estaba formada por capas diferentes y que terminaba en el centro con una esfera relumbrante de hierro y níquel, que estaba tan caliente como la superficie del Sol, según el pie de la ilustración. Recuerdo que pensé con asombro: ¿Y cómo saben eso?


No dudé ni siquiera un instante de la veracidad de la información-aún suelo confiar en lo que dicen los científicos, lo mismo que confío en lo que dicen los médicos, los fontaneros y otros profesionales que poseen información privilegiada y arcana-, pero no podía imaginar de ninguna manera cómo había podido llegar a saber una mente humana qué aspecto tenía y cómo estaba hecho lo que hay a lo largo de miles de kilómetros por debajo de nosotros, algo que ningún ojo había visto nunca y que ningunos rayos X podían atravesar. Para mí, aquello era sencillamente un milagro. Esa ha sido mi posición ante la ciencia desde entonces. Emocionado, me llevé el libro a casa aquella noche y lo abrí antes de cenar-un acto que yo esperaba que impulsase a mi madre a ponerme la mano en la frente y a preguntarme si me encontraba bien-.Lo abrí por la primera página y empecé a leer. Y ahí está el asunto. No tenía nada de emocionante. En realidad, era completamente incomprensible. Y sobre todo, no contestaba ninguno de los interrogantes que despertaba el dibujo en una inteligencia inquisitiva y normal:¿cómo acabamos con un Sol en medio de nuestro planeta y cómo saben a qué temperatura está? ; y si está ardiendo ahí abajo, ¿por qué no sentimos el calor de la tierra bajo nuestros pies ?;¿por qué no está fundiéndose el resto del interior?,¿o lo está?;y cuando el núcleo acabe consumiéndose, ¿se hundirá una parte de la Tierra en el hueco que deje, formándose un gigantesco sumidero en la superficie?;¿y cómo sabes eso?;¿y cómo llegaste a saberlo? Pero el autor se mantenía extrañamente silencioso respecto a esas cuestiones...De lo único que hablaba, en realidad, era de anticlinales, sinclinales, fallas axiales y demás. Era como si quisiese mantener en secreto lo bueno, haciendo que resultase todo sobriamente insondable. Con el paso de los años empecé a sospechar que no se trataba en absoluto de una cuestión personal. Parecía haber una conspiración mistificadora universal, entre los autores de libros de texto, para asegurar que el material con el que trabajaban nunca se acercase demasiado al  reino de lo medianamente interesante y estuviese siempre a una conferencia de larga distancia, como mínimo, de lo francamente interesante.
Luego, mucho después (debe de hacer unos cuatro o cinco años), en un largo vuelo a través del Pacífico, cuando miraba distraído por la ventanilla el mar iluminado por la Luna, me di cuenta, con una cierta contundencia incómoda, de que no sabía absolutamente nada sobre el único planeta donde iba a vivir. No tenía ni idea, por ejemplo, de porqué los mares son salados, pero los grandes lagos no. No tenía ni la más remota idea. No sabía si los mares estaban haciéndose más salados con el tiempo o menos. Ni si los niveles de salinidad del mar eran algo por lo que debería interesarme o no. Y la salinidad marina, por supuesto, sólo constituía una porción mínima de mi ignorancia. No sabía qué era un protón, o una proteína, no distinguía un quark de un cuásar, no entendía cómo podían mirar los geólogos un estrato rocoso, o la pared de un cañón, y decirte lo viejo que era...,no sabía nada, en realidad. 


Me sentí poseído por un ansia tranquila, insólita, pero insistente, de saber un poco de aquellas cuestiones y de entender sobre todo cómo llegaba la gente a saberlas. Eso era lo que más me asombraba: cómo descubrían las cosas los científicos. Cómo sabe alguien cuánto pesa la Tierra, lo viejas que son sus rocas o qué es lo que hay realmente allá abajo en el centro. Cómo pueden saber cómo y cuándo empezó a existir el universo y cómo era cuando lo hizo. Cómo saben lo que pasa dentro del átomo. Y, ya puestos a preguntar-o quizá sobre todo, a reflexionar-, cómo pueden los científicos parecer saber a menudo casi todo, pero luego no ser capaces aún de predecir un terremoto o incluso de decirnos si debemos llevar el paraguas a las carreras el próximo miércoles. Así que decidí que dedicaría una parte de mi vida (tres años, al final) a leer libros y revistas y a buscar especialistas piadosos y pacientes, dispuestos a contestar a un montón de preguntas extraordinariamente tontas. La idea era ver si es o no posible entender y apreciar el prodigio y los logros de la ciencia a un nivel que no sea demasiado técnico o exigente, pero tampoco completamente superficial. Ésa fue mi idea y mi esperanza. Y eso es lo que se propone hacer este libro.

jueves, 8 de septiembre de 2016

No es posible representar el sistema solar a escala





Aquí un artículo donde se amplía el vídeo.

Después de ver el vídeo:
1) Apuntad cual sería la distancia de los planetas del sistema solar si el sol tuviera un metro y medio de diámetro.
2) ¿Cómo comprueban que la escala y las distancias que han calculado son correctas?
3) Elige alguna de las frases que se dicen al final del vídeo y escribe qué significan y qué te sugieren.
4) Añade alguna de las dimensiones o distancias comparativas que se muestran en los vídeos de "Distancias astronómicas" o "Alucinante comparación del tamaño de las estrellas".

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La historia de la tierra comprimida en un año

“Durante cien años durmió la Bella. Un año tardó en desperezarse tras el beso apasionado de su príncipe. Dos años le llevó vestirse y cinco el desayuno. Todo lo había soportado sin quejas su real     esposo hasta el momento terrible en que , después de los catorce años de almuerzo, llegó la hora de la siesta.”                                                                                                                                 
                                                                                                                                   Ana María Shua



Una espiral que marea





Este es un fragmento de una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Uno de los protagonistas es un adolescente que vive en un orfanato y que es muy habilidoso montando y repararando radios, un invento muy importante en aquella época. 


“Una noche Werner y Jutta sintonizan una emisión estridente en la que un joven habla sobre la luz en un francés suave y con acento.
“Niños, el cerebro está envuelto por una oscuridad total-dice la voz-Flota en un líquido transparente en el interior del cráneo y jamás recibe luz. Pero a pesar de eso, el mundo que construye en nuestra mente está lleno de luz, rebosante de colores y de movimiento. ¿Cómo puede ser que el cerebro, que jamás conoce una chispa de luz, construya en nuestro interior un mundo lleno de luces?”
(…) El francés habla ahora de ilusiones ópticas y electromagnetismo. Luego hace una pausa, se oye el repiqueteo de la estática como si se estuviera dando la vuelta a un disco y a continuación se pone a hablar con entusiasmo sobre el carbón. 
“Pensad en cualquiera de las brasas que veis en el interior de la estufa de vuestras casas. ¿os lo imagináis? En algún momento ese trozo de carbón fue una planta verde, un helecho o un junco vivo hace un millón de años, dos millones de años o cien millones de años. ¿Os imagináis lo que son cien millones de años?  A lo largo de la vida de esa planta, sus hojas absorbieron durante los veranos toda la luz que pudieron y transformaron la energía del sol en energía natural para generar su tronco, sus ramas y tallos. Y es que las plantas se alimentan de la luz igual que nosotros nos alimentamos de la comida. Luego esa planta murió y probablemente cayó en el agua, se transformó en musgo de esfagno y  el esfagno se hundió en la tierra durante años, durante eras frente a las que un mes , un año o toda vuestra vida no es más que un soplido, un chasquido de dedos. Finalmente el esfagno se petrificó y se convirtió en una piedra que alguien extrajo, y que más tarde el carbonero acercó hasta vuestra casa. Tal vez alguno de vosotros la puso en la estufa. Aquel antiguo rayo de sol  –aquella luz de hace cien millones de años–es la que calienta ahora vuestro hogar.”
El tiempo pasa más lento. El desván desaparece. Jutta desaparece. ¿Ha hablado alguien alguna vez de una manera tan íntima sobre las cosas que más le interesan a Werner?
“ Abrid los ojos –concluye el  hombre- y observad todo lo que podáis antes de cerrarlos para siempre.”

                                                              Fragmento de “ La luz que no puedes ver”  Anthony Doerr