miércoles, 14 de septiembre de 2016

Una breve historia de casi todo



Así explica el autor de esta magnífica obra de divulgación científica cómo la visión de un dibujo con las capas de la tierra le sirvió de acicate para escribir este libro, a pesar de que él no tenía formación  científica. ¿ Qué te sugiere la lectura de esta introducción?

Mi punto de partida para escribir Una breve historia de casi todo fue, por si sirve de algo, un libro de ciencias del colegio que tuve cuando estaba en cuarto o quinto curso.  Era un libro de texto corriente de los años cincuenta, un libro maltratado, detestado, un mamotreto deprimente, pero tenía, casi al principio, una ilustración que sencillamente me cautivó: un diagrama de la Tierra, con un corte transversal, que permitía ver el interior tal y como lo verías si cortases el planeta con un cuchillo grande y retirases un trozo coque representase aproximadamente un cuarto de su masa.
Resulta difícil creer que no hubiese visto antes esa ilustración, pero es indiscutible que no la había visto porque recuerdo, con toda claridad, que me quedé transfigurado.(…) Mi atención se desvió poco a poco hacia la idea de que la Tierra estaba formada por capas diferentes y que terminaba en el centro con una esfera relumbrante de hierro y níquel, que estaba tan caliente como la superficie del Sol, según el pie de la ilustración. Recuerdo que pensé con asombro: ¿Y cómo saben eso?


No dudé ni siquiera un instante de la veracidad de la información-aún suelo confiar en lo que dicen los científicos, lo mismo que confío en lo que dicen los médicos, los fontaneros y otros profesionales que poseen información privilegiada y arcana-, pero no podía imaginar de ninguna manera cómo había podido llegar a saber una mente humana qué aspecto tenía y cómo estaba hecho lo que hay a lo largo de miles de kilómetros por debajo de nosotros, algo que ningún ojo había visto nunca y que ningunos rayos X podían atravesar. Para mí, aquello era sencillamente un milagro. Esa ha sido mi posición ante la ciencia desde entonces. Emocionado, me llevé el libro a casa aquella noche y lo abrí antes de cenar-un acto que yo esperaba que impulsase a mi madre a ponerme la mano en la frente y a preguntarme si me encontraba bien-.Lo abrí por la primera página y empecé a leer. Y ahí está el asunto. No tenía nada de emocionante. En realidad, era completamente incomprensible. Y sobre todo, no contestaba ninguno de los interrogantes que despertaba el dibujo en una inteligencia inquisitiva y normal:¿cómo acabamos con un Sol en medio de nuestro planeta y cómo saben a qué temperatura está? ; y si está ardiendo ahí abajo, ¿por qué no sentimos el calor de la tierra bajo nuestros pies ?;¿por qué no está fundiéndose el resto del interior?,¿o lo está?;y cuando el núcleo acabe consumiéndose, ¿se hundirá una parte de la Tierra en el hueco que deje, formándose un gigantesco sumidero en la superficie?;¿y cómo sabes eso?;¿y cómo llegaste a saberlo? Pero el autor se mantenía extrañamente silencioso respecto a esas cuestiones...De lo único que hablaba, en realidad, era de anticlinales, sinclinales, fallas axiales y demás. Era como si quisiese mantener en secreto lo bueno, haciendo que resultase todo sobriamente insondable. Con el paso de los años empecé a sospechar que no se trataba en absoluto de una cuestión personal. Parecía haber una conspiración mistificadora universal, entre los autores de libros de texto, para asegurar que el material con el que trabajaban nunca se acercase demasiado al  reino de lo medianamente interesante y estuviese siempre a una conferencia de larga distancia, como mínimo, de lo francamente interesante.
Luego, mucho después (debe de hacer unos cuatro o cinco años), en un largo vuelo a través del Pacífico, cuando miraba distraído por la ventanilla el mar iluminado por la Luna, me di cuenta, con una cierta contundencia incómoda, de que no sabía absolutamente nada sobre el único planeta donde iba a vivir. No tenía ni idea, por ejemplo, de porqué los mares son salados, pero los grandes lagos no. No tenía ni la más remota idea. No sabía si los mares estaban haciéndose más salados con el tiempo o menos. Ni si los niveles de salinidad del mar eran algo por lo que debería interesarme o no. Y la salinidad marina, por supuesto, sólo constituía una porción mínima de mi ignorancia. No sabía qué era un protón, o una proteína, no distinguía un quark de un cuásar, no entendía cómo podían mirar los geólogos un estrato rocoso, o la pared de un cañón, y decirte lo viejo que era...,no sabía nada, en realidad. 


Me sentí poseído por un ansia tranquila, insólita, pero insistente, de saber un poco de aquellas cuestiones y de entender sobre todo cómo llegaba la gente a saberlas. Eso era lo que más me asombraba: cómo descubrían las cosas los científicos. Cómo sabe alguien cuánto pesa la Tierra, lo viejas que son sus rocas o qué es lo que hay realmente allá abajo en el centro. Cómo pueden saber cómo y cuándo empezó a existir el universo y cómo era cuando lo hizo. Cómo saben lo que pasa dentro del átomo. Y, ya puestos a preguntar-o quizá sobre todo, a reflexionar-, cómo pueden los científicos parecer saber a menudo casi todo, pero luego no ser capaces aún de predecir un terremoto o incluso de decirnos si debemos llevar el paraguas a las carreras el próximo miércoles. Así que decidí que dedicaría una parte de mi vida (tres años, al final) a leer libros y revistas y a buscar especialistas piadosos y pacientes, dispuestos a contestar a un montón de preguntas extraordinariamente tontas. La idea era ver si es o no posible entender y apreciar el prodigio y los logros de la ciencia a un nivel que no sea demasiado técnico o exigente, pero tampoco completamente superficial. Ésa fue mi idea y mi esperanza. Y eso es lo que se propone hacer este libro.

8 comentarios:

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  3. Este texto me ha llamado la atención por la razón que tiene. Es increíble la de cosas que ha descubierto el ser humano, pero a la vez, seguramente no conozcamos ni la mitad de lo que nuestra galaxia esconde. Es decir, los cietíficos que dedican su vida a ello, obviamente serán mas conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor. Pero un ciudadano cualquiera, el cual dedica su vida a pagar impuestos y a trabajar como hormigas para mantener un cobijo donde resguardarse, ellos no saben nada. Es posible que alguno se informe mas a fondo sobre las investigaciones de grandes científicos, pero seamos sinceros, no conocemos nada de lo que nos rodea. Hagamos una prueba muy sencilla:
    preguntale a alguien cualquiera de la calle de que está formado el aire.
    Sí, quizas te conteste bien, pero la mayoria diran que está hecho de oxigeno... y tiene mas componentes que lo forman.
    En fin, con esto quiero decir que no sabemos nada de lo que nos rodea, y lo que sabemos no es ni la mitad de lo que existe.
    Con esto no quiero decir que no sepamos nada, claramente, pero si quiero decir que pese a tantos años de investigación durante el recorrido de la historia, todavia hay preguntas por contestar.
    Si que es cierto que tambien hay que tener motivación y curiosidad, ganas de saber que hay mas allá de nuestros conocimientos. Porque claro, esos cientificos tan conocidos en nuestra actualidad, en su momento también eran ignorantes que no sabian que era un planeta, no sabian que compuestos forman el aire, miraban por la ventana y veían el sol preguntandose:
    -¿por que no se cae?.
    Pero la curiosidad, las ganas de saber mas, les hizo querer saber la respuesta de todas sus dudas.
    Por eso, digo que no sabemos ni la mitad de lo que existe, pero no porque no podamos, sinó por falta de motivación.

    (Ainhoa Esteve gonzález-Optativa 41)

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  4. Pensamos que es un texto muy interesante,ya que la curiosidad de saber sobre el planeta en el que vive ha hecho que se dedique a estudiarlo durante tres años de su vida. Su interés empezó por averiguar varias preguntas que se hacía sobre el planeta en el que vive, se planteaba todo tipo de preguntas que quería saber. Nos inspira que a base de esas preguntas haya podido hacer el libro de ciencias que se proponía.
    Montse Llano y Anaïs Astasio
    Optativa 41

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  5. Gerard y yo,pensamos que en el tiempo que llevamos en la Tierra hemos aprendido gran cantidad de cosas, pero no sabemos ni una pequeña parte de todo lo que podriamos aprender.Con esto no queremos decir que no sepamos nada, pero podríamos saber muchas mas cosas. Con el tiempo y el avance de la tecnologia iremos descubriendo cosas nuevas que antes parecían imposibles de descubrir. Nos asombra la gran curiosidad que tiene el escritor de entender todo lo que nos rodea.
    -Gerard Ruiz y Marc Lucena
    Biologias y Geología opt. 43

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  6. Marta Borrull i Alba Alegre (4ºA, optativa 41)

    Este texto es muy interesante. Nos explica la historia de Bill Bryson, cómo empezó su interés por el tema científico y cómo evolucionó su proyecto hasta conseguir publicar un bestseller internacional sobre ciencia, sin siquiera ser científico. Nos fascina cómo el simple hecho de ver una ilustración en un libro de texto, le provocó tanta curiosidad que se leyó diversos libros de texto y se informó para satisfacer su sed de respuestas. Investigó y dedicó una parte de su vida (tres años en concreto). Nos hace reflexionar sobre lo poco que realmente sabemos, aunque nos creemos que tenemos todas las respuestas en nuestra mano. Nos quedamos con la intriga de qué pregunta a los especialistas durante esos tres años. Es una historia que te hace pensar, te hace preguntarte de cuánta información disponemos, en realidad, y lo que aún nos queda por aprender. ¡Buen artículo, sin duda!

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  7. "Una breve historia de casi todo" es un libro divulgativo hecho por un autor que no tiene formacion cientifica. La razon que le dio curiosidad para escribir este libro fue en el momento que el autor vio un diagrama sobre la Tierra en un libro de cuarto, en el cual se veía la Tierra tallada y se ve el interior. Al ver eso le surgieron un saco de preguntas, pero el libro que tenía no le respodía nada de lo que cuestionaba. De ahí, y despues de un tiempo, el autor se dio cuenta de que no sabia nada sobre este mundo, y de hecho, el autor se ha dedicado unos años a estudiar sobre estos temas que le interesan. Y finalmente cuando ya ha tenido ideas sobre sus cuestiones, escribe este libro a un nivel adecuado que está dedicado al publico.

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  8. Este texto es muy apasionante . Explica la historia de Bill Bryson, cómo empezó su interés por el tema científico ( que empezó con un libro de quinto curso ) y cómo evolucionó su afecto hasta conseguir publicar un bestseller internacional sobre cienciamediante un libro divulgativo . Nos atrae cómo el simple hecho de ver una ilustración en un libro de texto, provocó tanta curiosidad que se leyó diversos libros de texto y se informó para satisfacer su sed de respuestas. Nos hace reflexionar sobre como ha sido el milagro al llegar aquí .

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